SANDWICHES





Cuántas veces hemos preferido sacrificar una comida en toda regla para tener tiempo y poder ir a hacer un poco de gimnasia, cualquier actividad saludable, estudiar alguna materia, leer un libro, ver una buena película o, por qué no, para seguir jugando a las cartas.

En esta circunstancia se encontraba el cuarto conde de Sándwich, jugador empedernido de naipes, cuando un día, el camarero de su club social le anunció que su carne estaba servida, a lo que nuestro buen aristócrata respondió rápidamente: “¡Pues que me la traigan entre dos rebanadas de pan!”. Y así, de esta curiosa manera, fue como nació el sabroso sándwich que todos conocemos.


El pan

Lo habitual es preparar los sándwiches con pan de miga o pan de molde pero, cuidado, porque si viajamos a otros países, como nuestra vecina Francia, veremos que se llama sándwich a lo que nosotros llamamos bocadillo. Por lo tanto, si lo que queremos es un sándwich de pan de molde propiamente dicho, deberemos especificarlo. El pan de molde puede ser blanco o integral, existen múltiples variedades. Según los ingredientes que vayamos a utilizar elegiremos uno u otro. Podemos preparar sándwiches con pocas calorías a partir de pan con fibra lipoactiva, que rellenaremos, por ejemplo, con pavo y manzanas. Aparte del pan que se encuentra previamente cortado en muchas panaderías, se puede utilizar el pan de molde entero, que haremos cortar a nuestro gusto, más fino o más grueso. Las rebanadas más anchas resultan idóneas para sándwiches que pensamos servir tostados. Los panes de molde que se venden sin partir pueden ser muy útiles si queremos utilizar algunos trozos para adornar este sabroso y práctico plato.




Presentación

A parte de presentar los sándwiches en la forma tradicional, en triángulos, cuadrados y rectángulos sobre una fuente o plato, también existen otras posibilidades. Por ejemplo, si se va a servir a niños, le sugerimos que componga una casita colocando dos pilas juntas de sándwiches rectangulares cubiertos con algunos de forma triangular colocados encima, a modo de tejado. Con un poco de mantequilla blanda puesta en la manga pastelera podrá dibujar las ventanas o las puertas de la casita.
Tambien puede sacar, cortando con un cuchillo bien afilado, la miga de un pan de molde entero, dejando hueco el interior. Luego cortará esa miga en cuadrados pequeños que, posteriormente volverá a introducir en el pan de molde. Así, el mismo pan le servirá como original caja de presentación. Los enrollados resultan muy decorativos porque, al cortarse horizontalmente, forman espirales de colores. Otra forma muy habitual es presentar el pan sin los bordes. Podrá encontrarlo preparado ya de esta manera en tiendas y supermercados.





Nutrición y sandwiches


Afirman que la primera regla al hacer o comprar un sándwich es observar qué se lo pone. Untarlo con mayonesa de forma generosa es una forma fácil de hacer que el contenido de grasas y calorías se vaya a las nubes. Los aderezos de ensalada que algunos usan, como el roquefort, hacen lo mismo. Se deben elegir condimentos de bajo contenido de grasas o sin grasa directamente. Si se está haciendo el pedido en un comercio y no tienen la opción de condimentos de bajas calorías, se puede pedir que coloquen los condimentos aparte.

Consultada por Clarín, Mónica Katz, médica y codirectora del posgrado en Nutrición de la Universidad Favaloro, consideró: "Un sándwich es un muy buen alimento, pero depende de qué se le ponga. Hay que dejar de demonizar a ciertos alimentos". Y agregó: "Hoy no se puede dividir a los alimentos entre buenos y malos, sino que sean sustentables, placenteros y balanceados".

Algunos creen que los aderezos para ensalada o la mayonesa son los únicos condimentos con sabor que existen. Sin embargo, según la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, al sándwich se le puede agregar cebollas, tomates, repollo, morrones verdes, pickles, champignones, pepino y distintos tipos de lechuga. Esto va a "levantar" al sándwich y va a agregar fibras y sabor sin sumar calorías.

Si no se puede abandonar la mayonesa, es preferible elegir las "light". Si se reemplazan 3 cucharadas de mayonesa común por 2 de mayonesa light se pueden bajar de 580 a 310 la cantidad de calorías de una ensalada de atún.

La elección de quesos menos grasos también ayudará a armar un sándwich más sano. Una de las reglas de oro es que los quesos blancos tienden a tener un contenido más bajo de grasas y a tener menos calorías que los quesos amarillos. La muzzarela parcialmente descremada es una gran elección, al igual que los quesos sin grasa o de bajo contenido de grasas que se venden hoy en los comercios. Si se deja de lado una feta de queso Cheddar, se ahorrará 110 calorías y 9 gramos de grasa saturada.

Y hay una sugerencia de cambio para los que se mantienen alejados de los sándwiches porque creen que el pan los hace engordar: "Lo ideal es el sándwich con pan de harinas integrales —afirmó Katz—. Como segunda opción, se puede elegir el pan blanco francés o el árabe, que también tienen bajas grasas".

"El sándwich se desvalorizó porque se le colocan contenidos inadecuados —afirmó Marta César, coordinadora de nutrición y pediatría de la Sociedad Argentina de Nutrición—. Pero puede ser un alimento saludable si se le agrega tomate, lechuga, quesos y ciertos fiambres, como el de pavita o el jamón cocido". Entre los ingredientes que desaconsejó están la panceta, la mortadela y el salchichón, por sus grasas.




Historia

Es curioso que el sándwich que es un alimento tan popular y fácil de hacer tenga un encumbrado linaje en su origen. Es un platillo aristocrático porque su creador fue Sir John Montagnu (1718-1792) cuarto Conde de Sandwich.

Cuentan algunos historiadores que la fecha exacta del nacimiento de este alimento se remite a 1762. El Conde de Sandwich era un personaje con renombre en la política de la sociedad británica, pero tenía una tremenda debilidad: era adicto al juego. Claro que muchos autores dicen que su pasión era el ajedrez pero otros afirman que eran las cartas.

En lo que todos coinciden es que a la edad de 44 años, este conde se pasó 24 horas jugando de una sola sentada. Llegó un momento que el tigre rugió en su estómago y se vio en el grandísimo dilema de suspender la partida o comer. Optó por pedir que le trajeran cualquier cosa para comer en la mesa de juego.

Fue en esa disyuntiva que se alumbró su mayordomo -que en realidad fue el creador pero como no era conde, ya se imaginan ¿verdad? y preparó un pedazo de carne entre dos panes: ¡Eureka! había nacido el sándwich, que este lord se comió con tal desesperación que lo más probable es que haya perdido el juego.

Lo que sí es innegable que su actitud fue imitada por sus compañeros, quienes empezaron a llamar a esta manera rápida de hacer un refrigerio “comer un sándwich”.

Al fin y al cabo aunque perdió en los naipes, lord Sandwich se sintió muy orgulloso de este aporte culinario, así que no dejó de mencionarlo en su testamento, según él como el mejor legado que dejaba a su país.

Y fíjense adonde llega toda esta historia que los herederos actuales del conde tratan de sacar provecho al invento de su antepasado y pretenden ser los proveedores de sándwich para Londres.

El undécimo conde, John Montagnu, tiene como meta ser el rey de esta comida rápida, según El Times este conde afirmó: “Estamos buscando medios de supervivencia. Vivimos en una pequeña finca. Hasta la reina tiene que ganar para vivir”.